Muchos se preguntaran por qué los regímenes socialistas (de distintas ramas) que existen y existieron son todos fundamentalmente estados totalitarios. Bueno, hoy nos dedicaremos exclusivamente a analizar estos dos conceptos que se relacionan pero son completamente diferentes.
Un error que comenten muchos es el de tratar al socialismo y al totalitarismo casi como sinónimos. Como hemos mencionado no hacen falta ejemplos de socialismos totalitarios, pero estos conceptos se alejan mucho entre sí. La primera diferencia fundamental es que el Totalitarismo es una forma de organizar el estado. El socialismo por el otro lado es una ideología.
Si bien Karl Marx nos habla de "Dictadura del proletariado" en su "Manifiesto Comunista", él deja bien explicado que ese período de autoritarismo debe ser solamente la transición del capitalismo al socialismo. Analizando otros aspectos como el de la centralización de la economía en el estado hace pensar también que es necesario cierto grado de autoritarismo aun así es otra vez una idea errónea, ya que el autoritarismo es una consecuencia de no poder implementar la colectivización de la economía de una manera pacífica. El principal inconveniente de la colectivización es que en los escritos socialistas no existen verdaderos planteos prácticos sobre como deben ser implementadas estas teorías ideológicas.
A comienzos del siglo XX Vladimir Lenin a través de sus pensamientos logró una continuación de la doctrina socialista contemplando nuevas condiciones y variables que antes no existían así como es la dominación global del capitalismo. Igualmente este conjunto de ideas llamadas Leninismo, no alcanzaron a completar los huecos fundamentales de la teoría socialista, lo que desembocó en un Totalitarismo con el objetivo de lograr la colectivización y eliminar la lucha de clases.
El problema innato de la concepción socialista es que supone que el hombre ha podido evolucionar socialmente a tal punto que prácticamente no debería existir el individualismo ni el afán de tomar ventaja sobre los demás. Al no ser esto cierto, cuando se implementan sus ideologías, los verdaderos ideales y objetivos del movimiento se corrompen de tal manera que llega a ser una perversión. Los organismos encargados de logar la colectivización y organizar la planificación de la economía terminan poniendo como prioridad su beneficio personal lo que perjudica enormemente el aparato del Estado y los objetivos del socialismo se destruyen. En ese momento el socialismo deja de existir como tal en un estado y se transforman solo en bellas consignas políticas para actos y discursos. Allí hablamos de como se habla para la izquierda y se gobierna para la derecha.
Cuando se pervierten los funcionarios del Estado Socialista, este estado pasa automáticamente a ser solamente otro despotismo con personalismo exacerbado como han ocurrido en casi todos los ejemplos de estados socialistas que conocemos. Eso sí, no se cuestiona que luego pueda funcionar o no este sistema, pero deja de ser un Estado Socialista para convertirse en un Totalitarismo prácticamente omnipotente.
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