jueves, 19 de abril de 2012

YPF, la expropiación y la repercusión



Como todos nos enteramos por cadena nacional y por lo que se presentía, Cristina envío al senado nacional un proyecto para expropiar el 51% de las acciones de YPF-Repsol. En caso de que sea aprobada se procederá a la expropiación de ese 51% y se compensará a Repsol según la ley 21.499 con un aproximado de 10.500 millones de U$S mas un 10% sobre los inmuebles que sean expropiados junto con la empresa.

A primera vista ya tenemos varias cosas para comentar. Primero el delicado tema de la repercusión diplomática global que ya ha empezado con el más que esperado enojo del gobierno español. Aun así una expropiación no es un tema cordial, es inadmisible charlar una expropiación con la empresa para llegar a un acuerdo. No se puede hacer por el simple hecho de que la compañía trataría de girar al exterior todos los dividendos y además se encargaría de destruir, sabotear y robar toda la información incluida la estratégica de YPF, lo que completaría el vaciamiento de la misma.
La propuesta de recuperar YPF y tratar la energía como un tema de estado es una política irreprochable. El problema es que ahora todo esto queda en manos del estado y puede ser usado como una simple maniobra política tal y como pasó con Aerolíneas Argentinas hace un tiempo. También vale recalcar que los mismos actores del oficialismo que ahora quieren re-comprar YPF aprobaron hace unos años la venta del 25% de las Acciones de YPF al grupo Petersen de Australia a Costo "0", si señores CERO. Sin mencionar además que fueron férreos impulsores de la privatización de YPF en los 90' que en ese momento controlaba mas del 70% de la extracción y producción, de combustibles y derivados, en contraposición al más o menos 30% que controla ahora.
El proyecto de que ahora está en el senado no deja ver ningún plan energético real ni estrategias a llevarse a cabo una ves sea o no concretada la expropiación; y eso es lo que preocupa. Expropiar  YPF por sí solo no soluciona ninguno de los problemas que tenemos hoy en día, como bien mencioné anteriormente esta empresa solo representa el 30%. No vamos a reinventar la rueda por recuperar una empresa deficitaria, con casi nulas inversiones de exploración y con sobre-explotación de pozos que datan de hace 40 años.
El elemento estratégico que conlleva esta operación es la de todos los depósitos no convencionales de gas conocidos como "Shale Gas" o Yacimientos de Roca madre que ni si quiera se encuentran regulados actualmente. Este tipo de yacimientos ya habían sido descubiertos hace mucho tiempo, pero hasta hace muy poco se los consideraba como inexplotables. La argentina tiene los terceros mas grandes yacimientos de Shale Gas del mundo. El problema con estos yacimientos es que el gas se encuentra disuelto en rocas arcillosas de baja permeabilidad y para sacar el gas de allí hay que fracturar esas rocas en numerosos lugares y tomar el gas que sale a baja presión. Hasta ahora no existía tecnología para poder extraerlo pero hace unos años Estados Unidos ya ha hecho realidad esto con una especie de fracturas hidráulicas que permite su explotación. La importancia de este recurso es tal que EEUU prevee que para el 2020 los yacimientos de Shale Gas representen el 50% del total de su producción de gas. También hay que destacar que estas reservas no convencionales son mucho más abundantes que las convencionales.
Ahora lo que vemos es que el gobierno no tiene capitales para hacer las inversiones en exploración y tecnología que estos yacimientos no convencionales requieren. Estiman los expertos en energía que entre exploración, tecnología y la inminente necesidad de una nueva refinería se necesitan por lo menos 45.000 Millones de dolares.
Si el gobierno toma esto de una manera completamente profesional y hace las cosas como corresponde, eso es sin utilizarlo como instrumento de propaganda ni politizarlo. Podríamos estar hablando de un quiebre en el plano energético nacional. Eso sí, esto requiere lo mejor de todas las partes. Se necesita urgente una nueva ley de hidrocarburos, generar seguridad fiscal y financiera en el sector para atraer capitales y tecnología. Por ultimo pero no menos importante hace falta una intensa auditoria de la situación actual de todos y cada uno de las explotaciones del país para poder tener números certeros que permitan una correcta planeación a futuro de las medidas a tomar. La energía debe ser una política de estado.

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