Me resulta repugnante el poco valor
que se le da a la vida humana hoy en día. En cualquier momento podemos ser víctimas
de un robo, y ser asesinados o heridos gravemente, solamente con el objetivo de
llevarse las pertenencias y dinero que tengamos encima. Este artículo no es una critica a este gobierno, es una invitación a la reflexión para toda la sociedad ¿ Qué país es el que queremos para nuestras generaciones?
La inseguridad está en todos lados,
en el barrio, en el centro, en el colegio, en la facultad, en el trabajo, en la
ciudad y también en el campo. No discrimina clase sociales, no discrimina
etnias ni ideologías políticas. Todos somos rehenes de este frenesí de
inseguridad.
Hemos llegado al punto de tener que
recortar nuestras libertades individuales y colectivas para mantenernos seguros.
El ejemplo más claro es que ya no son los malvivientes los que están encerrados
sino nosotros, en nuestras jaulas de cemento; con rejas en puertas, ventanas,
patios internos y más. Nunca parece ser suficiente.
Dejamos de frecuentar lugares como
plazas, que siempre fueron el sitio por excelencia para juntarse a tomar unos
mates o donde los chicos jugaban sin problemas. Hoy las plazas están usurpadas
completamente por drogadictos y chorros.
Otra libertad fundamental que
perdimos es la de hacer las cosas en el horario que se nos dé la gana. Ya quedo
en el pasado regar el cantero a las 2:00am o barrer la vereda a las 7:00am. Se
acabó el dejar abiertas las ventanas en verano para que entre el fresco. Se
acabó dormir en el pasto del patio para buscar resguardo del calor. Los
derechos en este país son para los delincuentes.
Aun así, con esta realidad
preocupante, la clase dirigente no se ve muy alterada. Según ya numerosas
declaraciones, la inseguridad es "una sensación" según los políticos de turno. Plantear un cambio
fundamental en esta ámbito, tiene que ser una tarea de primera prioridad. Con
la gran magnitud de cambio que se requiere, es obvio que es imposible hacerlo
de un solo tirón. Pero lo principal no es hacer todo de una sola vez, sino
hacer un cambio gradual pero firme. El necesario para poder brindarle un poco
de tranquilidad al ciudadano argentino. Necesitamos ya un una reforma integral
de las políticas de seguridad.
¿Cuál es el
origen de la inseguridad?
La inseguridad como todo fenómeno
complejo no responde a una sola causa. Es una sumatoria de malas políticas,
corrupción, ineptitud y predisposiciones sociales. La causa fundamental a la
que hay que responder es al desempleo. Según datos del propio indec el
desempleo en el primer trimestre del 2012 es del 7,1% Si tenemos en cuenta
datos del último censo, esto nos indica 2.848.313 desocupados en toda la
Argentina; esto proveniente de datos del propio INDEC. Otra premisa a tener en
cuenta es que no todos los delincuentes son desempleados. Muchos tienen
trabajos (formales o informales) que no alcanzan para satisfacer todas sus
necesidades y optan por la delincuencia.
La otra causa que se relaciona con
el trabajo, es la cantidad increíblemente alta de trabajo informal ( o en
negro), este es de un 34,2% (datos del ministerio de trabajo de la Nación). El
trabajo informal es el menos remunerado y el que se realiza en las peores
condiciones.
La segunda causa es sin duda la que
se desprende de los estupefacientes. El narcotráfico y su fuerte arraigo en el
país es responsable de gran parte de los hechos de inseguridad. Por otro lado
la cantidad creciente de adictos a las drogas duras, que roba para drogarse, es
una causa inexpugnable de inseguridad.
El completamente ineficiente
sistema carcelario argentino lo podemos considerar con otra causa más. El
sistema de reclusión que debe, en teoría, trabajar para que los presos se
re-inserten en la sociedad es una de las instituciones más corruptas y
abandonadas del rubro. Las cárceles están súper-pobladas, los reclusos cumplen
sus condenas en condiciones completamente infrahumanas, y además sufren de
continuos abusos y torturas. Por si fuera poco muchos de ellos nunca cumplen
completamente sus condenas, que son canjeadas en parte por salidas transitorias
o libertad condicional, la cual aprovechan en muchos casos para volver a
cometer delitos; aun estando supuestamente en la cárcel.
Otra causa ineludible pero a un
nivel fundamental, es la educación. El sistema educativo atraviesa una profunda
crisis y no es ninguna novedad. Con las últimas estadísticas que nos dicen que
aproximadamente el 50% de los alumnos nunca terminan el secundario, queda más
que en evidencia esta premisa. Esta crisis a su vez tiene muchas otras causas,
pero eso tendría que ser tratado exclusivamente en otro artículo. Por ahora nos
referiremos a los hechos para usarlos como causa de la delincuencia.
El sistema educativo argentino,
anticuado, olvidado y poco formativo presenta sin dudas un gran problema para
la población. Para tener un trabajo, por más simple que pueda ser, te presentan
como requisito fundamental un título secundario. Si tenemos en cuenta lo que
dijimos antes, ya de entrada, el 50% de los chicos que están hoy en el colegio
en el futuro no podrán acceder a un trabajo digno.
Sin irnos de la discusión
principal, una persona sin educación es en el peor de los casos una persona sin
trabajo, y una persona sin trabajo termina siendo en la mayoría de los casos, un delincuente.
La próxima causa y una de las más
importantes a mi criterio es la corrupción. Esta no tiene mucha explicación. La
corrupción es lo que genera los peores males en cualquier ámbito. El político
transa con el comisario, el comisario transa con los delincuentes; en una
manera muy general de verlo. La otra mitad de la corrupción es la de las coimas
de los delincuentes mismos hacia la policía y los otros órganos de control.
Hemos visto en cientos de trabajos periodísticos como los delincuentes mismos
te afirman que con 150$ liberas un lugar para poder "trabajar"
tranquilo.
La nueva delincuencia
Los hechos se inseguridad han ido
variando a lo largo de los años, pero en el último tiempo se ha marcado una
tendencia preocupante: la violencia. Ahora sufrir un robo hace peligrar tu vida
mucho más de lo tradicional ya que aunque no ofrezcas resistencia al mismo
podes salir herido o muerto igual. Los delincuentes no tienen ya códigos de
ningún tipo, no se conforman con robarte sino que también te tienen que golpear
o matar, solamente para disfrute propio. El nivel de sadismo y saña con el que
se manejan los delincuentes modernos es increíble.
En esta época ya no te alcanza con
ser un niño pequeño o un jubilado para estar exento de sufrir, no solo un robo,
sino que también una paliza que en muchos casos puede desembocar en una muerte.
Los delincuentes han depravado todo el orden moral, robarle a la gente
indefensa es el acto de cobardía más grande que pueda existir. En un lenguaje
más coloquial, se cagan en todo.
Gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario